lunes, 28 de mayo de 2018

EL BUENO, EL MALO Y EL FEO (1966)

El bueno (Clint Eastwood) en el papel del Hombre sin nombre, apodado «Rubio» (Blondie); el malo (Lee Van Cleef), alias «Sentencia» (Sentenza en la versión italiana, Angel eyes en la estadounidense, «Ojos de ángel» en la hispanoamericana); y el feo (Eli Wallach), alias «Tuco» y cuyo nombre completo es Tuco Benedicto Pacífico Juan María Ramírez, son, respectivamente, un cazarrecompensas, un asesino a sueldo que luego deviene en sargento del Norte sin escrúpulos y un ladrón. Se ubican en un ambiente del viejo oeste durante la Guerra de Secesión Norteamericana.
Después de una descripción y situación de los personajes, así como otros eventos donde el Feo y el Bueno se conocen, el Feo lleva al Bueno a morir al desierto por venganza, y así se cruzan con una diligencia del Ejército del Sur en la cual un soldado moribundo da a conocer la localización de un tesoro en monedas de oro (200.000 dólares enterrados en una tumba) a cambio de agua, pero resulta que muere sin que ninguno de los dos tenga la información completa: al Feo le dijo el nombre del cementerio, «Sad Hill» (‘loma triste’), y al Bueno le dijo el de la tumba donde estaba enterrado el tesoro. Así —aunque peleados y cada uno con la mitad del secreto— vuelven a asociarse y emprenden rumbo al cementerio por la esperanza del oro. En el camino suceden varias complicaciones, incluido un encuentro con el Malo, del que logran escapar, y finalmente un duelo en triángulo en el círculo central empedrado del cementerio (sin precedentes hasta entonces en la historia del género) y que culmina entre el frenesí y la delirante música de Ennio Morricone con el tema llamado «El trío»

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